Peregrinando al III CONGRESO REINA DE LA PAZ CHILE Día 4





Peregrinando al 

III CONGRESO 

REINA DE LA PAZ 

CHILE


Día 4





¡Oh Santo Espíritu! dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén






Mensaje, 25 de agosto de 2006

“¡Queridos hijos! También hoy los invito: oren, oren, oren. Solamente en la oración estarán cerca de mí y de mi Hijo, y se darán cuenta de cuán breve es esta vida. En su corazón nacerá el deseo del Cielo; la alegría reinará en su corazón y la oración fluirá como un río. En sus palabras habrá solamente agradecimiento a Dios por haberlos creado, y el deseo de la santidad llegará a ser realidad en ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”







 El cristiano fervoroso olvida todo deseo de saciarse de los bienes terrenos y viene a sentirse cada vez más hambriento y sediento de Dios, de comunión con él, de entrega y de amor. Presa totalmente de esta hambre y esta sed, no puede ya concederse reposo: por más que haga por Dios, todo le parece demasiado poco y, no tolerando en sí la más mínima infidelidad a la gracia, se esfuerza con todo tesón por encender en otros corazones el hambre y la sed de que él sufre. «El amor de Cristo nos apremia» (2 Cor 5, 14), decía S. Pablo y ardía en el deseo de prodigarse por la gloria de Dios y por el bien de las almas (2 Cor 12, 15). Sólo Dios sacia esa hambre, inicialmente aquí en la tierra y cumplidamente en la vida eterna, cuando su presencia aplacará todas las ansias del hombre."







Oremos con Padre Slavko Barbaric: 

 "Dios, Padre nuestro todopoderoso, todos nosotros conscientemente Te damos gracias durante este mes porque eres nuestro Dios, porque eres nuestro Padre, por habernos enviado a Tu Hijo a salvarnos, por habernos enviado Tu Espíritu para santificarnos. Te damos gracias, oh Padre, por habernos revelado Tu santo nombre y por darnos la oportunidad de crecer en el amor, la fe, la esperanza, la bondad, la verdad y la paz y poder glorificarte de este modo. Te damos gracias por habernos permitido vivir en Tu gloria y en Tu presencia y, haciéndolo así, nos has dado Tu amor y Tu gozo. Gracias por habernos enviado a María que incansablemente nos visita día a día en Tu nombre y que ora por nosotros. Te damos gracias por habernos hecho más patente Tu presencia a través de su presencia entre nosotros. Te pedimos la gracia de llegar a ser y permanecer uno con Ella y Contigo, que nada nos separe de Ti." Amén. (Medjugorje, Mayo 29 de 1997)





Nos vemos en el Congreso...











 

Comentarios