Peregrinando al III CONGRESO REINA DE LA PAZ CHILE Día 12

 



Peregrinando al 

III CONGRESO 

REINA DE LA PAZ 

CHILE


Día 12




¡Oh Santo Espíritu! dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén






Mensaje, 12 de julio de 1984


“¡Queridos hijos! En estos días, Satanás está tratando de obstaculizar mis planes. Oren para que su plan no tenga éxito. Yo oraré a mi Hijo Jesús para que El les conceda reconocer Su victoria sobre las tentaciones de Satanás. Gracias por haber respondido a mi llamado!”




 Dice el Vaticano II: «La... "unción de enfermos" no es sólo el sacramento de quienes se encuentran en los últimos momentos de su vida. Por tanto, el tiempo oportuno para recibirlo comienza cuando el cristiano ya empieza a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez» (SC 73). Es necesario por eso recordar que la unción de enfermos se ordena no sólo a la salud del alma, sino también a la del cuerpo, además de aliviar y santificar los dolores físicos y morales. Al administrar ese rito sagrado, pide la Iglesia: «te rogamos, Redentor nuestro, que cures la debilidad de este enfermo... Aparta de él cuanto puede afligir su alma y su cuerpo... para que, restablecido por tu bondad, pueda volver al cumplimiento de sus acostumbrados deberes» (Ritual). Pero si la enfermedad se prolonga, el enfermo será ayudado por la gracia del sacramento a soportar con mayor resignación sus sufrimientos, e incluso «a asociarse voluntariamente a la pasión y muerte de Cristo, para contribuir así al bien del pueblo de Dios» (LG 11).



Oh poder del Padre eterno, ayúdame; sabiduría del Hijo, ilumina los ojos de mi entendimiento; dulce clemencia del Espíritu Santo, inflámame y une mi corazón en ti... Confieso, dulce y eterna bondad de Dios, que la clemencia del Espíritu Santo y tu ardiente caridad quiere unir e inflamar mi corazón en ti, y los corazones de todas las criaturas racionales... Tú ardes con el fuego de tu Espíritu, y consumes y arrancas de raíz todo amor y afecto carnal de los corazones de las plantas tiernas que te has dignado trasplantar en el Cuerpo místico de la santa Iglesia. Dígnate, oh Dios, trasladar los afectos mundanos al jardín de tu amor, y darnos un corazón nuevo con conocimiento verdadero de tu voluntad, para que, desasidos del mundo, de nosotros mismos y del amor propio, y llenos del verdadero fervor de tu amor..., te sigamos sólo por ti, con total pureza y ferviente caridad. (STA. CATALINA DE SENA, Plegarias y Elevaciones).




Oremos con Padre Slavko Barbaric: 


 "Dios, Padre nuestro todopoderoso, todos nosotros conscientemente Te damos gracias durante este mes porque eres nuestro Dios, porque eres nuestro Padre, por habernos enviado a Tu Hijo a salvarnos, por habernos enviado Tu Espíritu para santificarnos. Te damos gracias, oh Padre, por habernos revelado Tu santo nombre y por darnos la oportunidad de crecer en el amor, la fe, la esperanza, la bondad, la verdad y la paz y poder glorificarte de este modo. Te damos gracias por habernos permitido vivir en Tu gloria y en Tu presencia y, haciéndolo así, nos has dado Tu amor y Tu gozo. Gracias por habernos enviado a María que incansablemente nos visita día a día en Tu nombre y que ora por nosotros. Te damos gracias por habernos hecho más patente Tu presencia a través de su presencia entre nosotros. Te pedimos la gracia de llegar a ser y permanecer uno con Ella y Contigo, que nada nos separe de Ti." Amén.     (Medjugorje, Mayo 29 de 1997)






Nos vemos en el Congreso...













Comentarios