Peregrinando al III CONGRESO REINA DE LA PAZ Día 39
Peregrinando al III CONGRESO REINA DE LA PAZ CHILE
Día 39
¡Oh Santo Espíritu! dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén
Mensaje, 9 de enero de 1986
“¡Queridos hijos! Los invito a ayudar a Jesús con sus oraciones para la realización de todos los planes que El ha comenzado a llevar a cabo aquí. Ofrezcan sacrificios a Jesús, para que todo suceda como El lo ha planeado y que Satanás no pueda hacer nada. Gracias por haber respondido a mi llamado!”
La gracia santificante que invade la humanidad de Jesús es tan sobreabundante, que sin duda podemos llamarla infinita, porque el poder del amor redentor que es su fuente no tiene medida, según convenía a la dignidad de Cristo y con vistas a su misión de santificar a todos los hombres (Sto. Tomás, S. T., 3, 7, 11). «Porque quizo Dios —afirma S. Pablo— hacer habitar en él toda la plenitud» (Col 1, 49), y S. Juan le dice «lleno de gracia y de verdad» (Jn 1, 14). Jesús no tiene para sí solo estas inmensas riquezas: el Padre le ha dado hermanos a los que repartir de ellas; por este motivo acepta su pasión dolorosísima y, muriendo en la cruz, merece para todos los hombres esa gracia que él posee con tanta plenitud.
Cristo viene a ser así la fuente, y la única fuente, de gracia y vida sobrenatural; tan «lleno de gracia y de verdad», que «de, su plenitud hemos recibido todos, y gracia sobre gracia» (ib. 16). De este modo, pues, llega a los hombres la vida divina: del Padre al Verbo, del Verbo a la humanidad por él asumida en la Encarnación, de la humanidad santa de Cristo a todos los
creyentes.
"Señor Jesucristo, tú que eres juntamente Dios salvador de los hombres y hombre omnipotente cabe Dios; yo te invoco, te alabo y te suplico. Acércate a mí con tu indulgencia, con tu compasión y con tu perdón. Pon en mi corazón los deseos que sólo tú puedes saciar; en mis labios, las plegarias que sólo tú puedes escuchar; en mi conducta, las acciones que solo tú puedes bendecir." (Oración del Misal mozárabe, PL 35, 187).
Oremos con Padre Slavko Barbaric:
Señor "Danos la gracia de orar y de buscarte en la oración. Te presentamos a todos los que han perdido el sentido de la vida, que puedan decidirse por la oración, a fin de encontrar el sentido de la vida en Ti y sólo en Ti. Pedimos por todos los que están enfermos para que puedan descubrir el sentido de sus enfermedades y cruces. Dales, oh Señor, esta gracia. Te pedimos ahora que quienes estén llenos de dolor Te busquen y Te encuentren en el gozo. Que quienes vivan en el odio, Te busquen y Te encuentren en el amor. Que quienes estén en la 'muerte', Te busquen y Te encuentren como la vida. Que quienes han perdido la esperanza, Te busquen y Te encuentren en la esperanza. Que quienes estén heridos, Te busquen y Te encuentren para pedirte que sanes sus heridas. Que todos los que están en conflicto, Te busquen como el Dios de la Paz para reconciliarse a través Tuyo. Oh Señor, por intercesión de nuestra Madre María, danos Tu paz, danos la gracia de que podamos abrirnos para recibirte tal como Tú te nos das a Ti mismo. Te damos gracias por Tu amor y bendícenos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén". (San Marino (Italia), Abril 28 de 1997)




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