LAUDES SÁBADO 15 DE NOVIEMBRE
Sábado 15 de Noviembre 2025
Laudes
V. Señor, ábreme
los labios.
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de
los siglos. Amén. Aleluya.
INVITATORIO
Salmo 94
Ant. Escuchemos la voz del Señor y entremos en su descanso.
Venid, aclamemos al
Señor,
demos vítores a la
Roca que nos salva;
entremos a su
presencia dándole gracias,
aclamándolo con
cantos.
Porque el Señor es
un Dios grande,
soberano de todos
los dioses:
tiene en su mano
las simas de la tierra,
son suyas las
cumbres de los montes.
Suyo es el mar,
porque él lo hizo,
la tierra firme que
modelaron sus manos.
Venid, postrémonos
por tierra,
bendiciendo al
Señor, creador nuestro.
Porque él es
nuestro Dios,
y nosotros su
pueblo,
el rebaño que él
guía.
Ojalá escuchéis hoy
su voz:
"No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá
en el desierto:
cuando vuestros
padres me pusieron a prueba,
y dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras."
Durante cuarenta
años
aquella generación
me repugnó, y dije:
"Es un pueblo
de corazón extraviado,
que no reconoce mi
camino;
por eso he jurado
en mi cólera
que no entrarán en
mi descanso."
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de
los siglos. Amén.
Ant. Escuchemos la
voz del Señor y entremos en su descanso.
HIMNO
Bello es el rostro
de la luz, abierto
sobre el silencio
de la tierra; bello
hasta cansar mi
corazón, Dios mío.
Un pájaro remueve
la espesura
y luego, lento, en
el azul se eleva,
y el canto le
sostiene y pacifica.
Así mi voluntad,
así mis ojos
se levantan a ti;
dame temprano
la potestad de
comprender el día.
Despiértame, Señor,
cada mañana,
hasta que aprenda a
amanecer,
Dios mío, en la
gran luz de la misericordia. Amén.
SALMODIA
Salmo 91
ALABANZA A DIOS
Ant. 1. Es bueno tocar para tu nombre, oh Altísimo, y proclamar por la mañana tu misericordia.
Es bueno dar
gracias al Señor
y tocar para tu
nombre, oh Altísimo,
proclamar por la
mañana tu misericordia
y de noche tu
fidelidad,
con arpas de diez
cuerdas y laúdes,
sobre arpegios de
cítaras.
Tus acciones,
Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las
obras de tus manos.
¡Qué magníficas son
tus obras, Señor,
qué profundos tus
designios!
El ignorante no los
entiende
ni el necio se da
cuenta.
Aunque germinen
como hierba los malvados
y florezcan los
malhechores,
serán destruidos
para siempre.
Tú, en cambio,
Señor,
eres excelso por
los siglos.
Porque tus
enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores
serán dispersados;
pero a mí me das la
fuerza de un búfalo
y me unges con
aceite nuevo.
Mis ojos
despreciarán a mis enemigos,
mis oídos
escucharán su derrota.
El justo crecerá
como una palmera,
se alzará como un
cedro del Líbano:
plantado en la casa
del Señor,
crecerá en los
atrios de nuestro Dios;
en la vejez seguirá
dando fruto
y estará lozano y
frondoso,
para proclamar que
el Señor es justo,
que en mi Roca no
existe la maldad.
Ant. Es bueno tocar
para tu nombre, oh Altísimo, y proclamar por la mañana tu misericordia.
Cántico Ez 36, 24-28
DIOS RENOVARÁ A SU PUEBLO
Ant. 2. Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.
Os recogeré de
entre las naciones,
os reuniré de todos
los países,
y os llevaré a
vuestra tierra.
Derramaré sobre
vosotros un agua pura
que os purificará:
de todas vuestras
inmundicias e idolatrías
os he de purificar;
y os daré un
corazón nuevo,
y os infundiré un
espíritu nuevo;
arrancaré de
vuestra carne el corazón de piedra,
y os daré un
corazón de carne.
Os infundiré mi
espíritu,
y haré que caminéis
según mis preceptos,
y que guardéis y
cumpláis mis mandatos.
Y habitaréis en la
tierra que di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi
pueblo,
y yo seré vuestro
Dios.
Ant. Os daré un
corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.
Salmo 8
MAJESTAD DEL SEÑOR Y DIGNIDAD DEL HOMBRE
Ant. 3. De la boca
de los niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.
Señor, dueño
nuestro,
¡qué admirable es
tu nombre en toda la tierra!
Ensalzaste tu
majestad sobre los cielos.
De la boca de los
niños de pecho
has sacado una
alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al
adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el
cielo,
obra de tus dedos,
la luna y las
estrellas que has creado,
¿qué es el hombre
para que te acuerdes de él,
el ser humano, para
darle poder?
Lo hiciste poco
inferior a los ángeles,
lo coronaste de
gloria y dignidad,
le diste el mando
sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste
bajo sus pies:
rebaños de ovejas y
toros,
y hasta las bestias
del campo,
las aves del cielo,
los peces del mar,
que trazan sendas
por el mar.
Señor, dueño
nuestro,
¡qué admirable es
tu nombre
en toda la tierra!
Ant. De la boca de
los niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.
LECTURA BREVE
2 Pedro 3, 13-15a
Nosotros, confiados
en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que
habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos
acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, inmaculados e
irreprochables. Considerad que la paciencia de Dios es nuestra salvación.
RESPONSORIO BREVE
V. Te aclamarán mis
labios, Señor.
R. Te aclamarán mis
labios, Señor.
V. Mi lengua
recitará tu auxilio.
R. Mis labios,
Señor.
V. Gloria al Padre,
y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Te aclamarán mis
labios, Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
BENEDICTUS Lc 1, 68-79
Ant. Guía nuestros
pasos, Señor, por el camino de la paz.
Bendito sea el
Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado
y redimido a su pueblo,
suscitándonos una
fuerza de salvación
en la casa de
David, su siervo,
según lo había
predicho desde antiguo,
por boca de sus
santos profetas.
Es la salvación que
nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de
todos los que nos odian;
realizando la
misericordia
que tuvo con
nuestros padres,
recordando su santa
alianza
y el juramento que
juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos
que, libres de temor,
arrancados de la
mano de los enemigos,
le sirvamos con
santidad y justicia,
en su presencia,
todos nuestros días.
Y a ti, niño, te
llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante
del Señor
a preparar sus
caminos,
anunciando a su
pueblo la salvación,
el perdón de sus
pecados.
Por la entrañable
misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol
que nace de lo alto,
para iluminar a los
que viven en tinieblas
y en sombra de
muerte,
para guiar nuestros
pasos
por el camino de la
paz.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de
los siglos. Amén.
Ant. Guía nuestros
pasos, Señor, por el camino de la paz.
PRECES
Adoremos a Dios,
que por su Hijo ha dado vida y esperanza al mundo, y supliquémosle diciendo:
Escúchanos, Señor.
Señor, Padre de
todos, que nos has hecho llegar al comienzo de este día,
— haz que toda
nuestra vida unida a la de Cristo sea alabanza de tu gloria.
Que vivamos siempre
arraigados en la fe, esperanza y caridad,
— que tú mismo has
infundido en nuestras almas.
Haz que nuestros
ojos estén siempre levantados hacia ti,
— para que
respondamos con presteza a tus llamadas.
Defiéndenos de los
engaños y seducciones del mal,
— y presérvanos de
todo pecado.
Padre nuestro, que
estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase
tu voluntad en la tierra como en el
cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la
tentación, y líbranos del mal.
ORACIÓN
Dios omnipotente y
eterno, luz resplandeciente y día sin ocaso, al volver a comenzar un nuevo día,
te pedimos que nos visites con el esplendor de tu luz y disipes así las
tinieblas de nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo.
V. El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.


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